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jueves, 3 de febrero de 2022

Viento del este, viento del oeste (Pearl S. Buck)


Pearl Buck alcanzó la fama como escritora gracias a su ciclo de novelas ambientadas en China. Su obra más famosa, La buena tierra, se ha convertido en material de lectura obligatorio en algunas escuelas aun cuando Buck, pese a su indiscutido talento narrativo, la llenó de estereotipos acerca de la vida en China cayendo en ocasiones en la auténtica parodia. Este es un defecto extendido a gran parte de su obra que sin embargo no ha impedido a sus novelas gozar de gran popularidad gracias a una narrativa ágil y directa, y a la exoticidad de las historias, que envuelven fácilmente al lector.
Viento del este, viento del oeste es una novela corta (no alcanza las 200 páginas) poco conocida, pero una de las más interesantes de su autora. En ella encontramos el tópico del choque cultural y la separación generacional llevados al extremo, dando un giro realmente interesante al tema.
  
Resumen
Al cumplir 17 años, Kwei-lan, hija de una familia encumbrada y tradicionalista, se casa en matrimonio arreglado con un joven y apuesto médico, hijo de un amigo de su padre. Imbuido de ideas occidentales, el joven marido se niega a consumar el matrimonio por considerar que ambos fueron forzados a contraerlo. Luego rompe con su familia y se muda con Kwei-lan a una residencia de estilo occidental. 
La joven esposa, educada en el más absoluto respeto a la tradición, intenta atraer la atención del marido recurriendo a métodos completamente errados que sólo aumentan el distanciamiento entre ambos. Desesperada, pide consejo a su madre, quien tras escuchar su historia (desconcertante para ella) le dice que debe plegarse a todos los deseos de su marido sin importar cuan extraños sean. Sin embargo Kwei-lan sólo comienza a romper con la tradición cuando su marido recibe la visita de una mujer intelectual. Comprendiendo que no puede conquistar a su marido con adornos y maquillaje, renuncia a estos y accede a su petición de quitarse las vendas que comprimen cruelmente sus pies. Los cuidados médicos del joven sólo aumentan el amor de Kwei-lan; a su vez, él comienza a amarla al comprender que está rompiendo con la tradición por él.
El matrimonio finalmente se consuma y un año después Kwei-lan da a luz un hijo. La joven se tambalea entre la tradición y la novedad, pareciendo aceptar más las ideas nuevas, sin embargo esta aceptación toma un cariz dramático cuando su único hermano regresa de Estados Unidos con Mary, una joven blanca con quien se ha casado. Los padres del joven se niegan a reconocer la legitimidad del matrimonio y Kwei-lan se ve dividida entre el respeto a sus padres y el amor hacia su marido, que decide apoyar a la pareja.
Kwei-lan acepta a Mary con cautela, pero pronto su simpatía, vitalidad y ternura la ganan por completo y ambas se convierten en amigas. Todo se complica cuando Mary resulta embarazada mientras sus suegros continúan negándose a aceptarla.
 
Puntos destacados
Más allá del relato central, Buck desarrolla la historia de la familia original de Kwei-lan: Los inútiles esfuerzos de su orgullosa madre por mantener intacta a la familia dentro de la tradición; la equivocada autosuficiencia de su lujurioso y sandio padre; la rivalidad de las estúpidas concubinas, siempre en lucha para obtener el favor de su señor; los chismorreos de la servidumbre, reveladores de lo que ocurre más allá de la casa, donde el mundo al que ésta se aferra comienza a desmoronándose.
Las reacciones de Kwei-lan ante las ideas y actitudes occidentales de su marido están entre lo mejor de la novela. Educada en la tradición más rancia, la joven es
 supersticiosa ignorante y prejuiciosa; no puede entender ni la mitad de lo que su marido hace y dice. No obstante, en la lucha por ganar su afecto, Kwei-lan crece en conocimiento y madurez hasta convertirse en una auténtica compañera para su marido, al tiempo que descubre su propia validez al transformarse en el punto de comunicación entre su hermano y sus padres.
Hay que destacar la historia del nacimiento y desarrollo del amor entre Kwei-lan y su marido. No hay deslumbramiento ni flechazo, sino un sentimiento reposado que va extendiéndose paulatinamente a medida que ambos se conocen de verdad y no sólo en la carne. Kwei-lan pasa de creer que ama a amar de verdad, algo inusual en una mujer como ella, educada en la creencia de estar obligada a amar al marido sólo por serlo.
Otra pequeña historia destacada es la de La-may, la hermosa tercera concubina del padre de Kwei-lan, que por la vía del dolor llega a comprender y despreciar su propia condición de objeto de lujo. Kwei-lan acaba compadeciéndose de aquella joven condenada a servir a un viejo egoísta y estúpido.
Aunque la mayor parte de la historia se desarrolla tras los muros de las casas, el drama es provocado por la interferencia extranjera, directa e indirecta, dejando muy claro que aunque China se ha abierto al trato con occidente, no hay unión ni comprensión cultural. Esto se explica de forma simbólica cuando La-may intenta suicidarse tragando unas perlas y acude a salvarla un médico extranjero que, para mayor asombro de la familia, es una mujer.
 
Lo mejor: El choque cultural visto desde la perspectiva de una joven tradicionalista.
Lo peor: Nada.
Conclusión: Novela breve interesante en más de un punto. Muy recomendable.

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