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jueves, 24 de marzo de 2022

Clemencia (Ignacio Manuel Altamirano)

     
Goethe, Novalis, Schiller, Shelley, Keats, Byron, Wordsworth, Lamartine y Hugo son quizá los más conocidos representantes del Romanticismo literario en su estado puro, el europeo. Pero Alemania, Inglaterra y Francia no fueron los únicos países en verse afectados por la ''fiebre romántica'', como bien llamó Goethe a este movimiento artístico que tan hondo caló en la literatura. El Romanticismo cruzó fronteras y arraigó en los lugares menos esperados, por ejemplo, los recién independizados países americanos. A diferencia de los europeos, estos países carecían de un pasado glorioso al que aferrarse e idealizar, por lo cual el Romanticismo americano desarrolló la exaltación del héroe moderno y el drama amoroso mezclado con el criollismo, dando como resultado una obra rica y original que muchas veces se lee con más facilidad y gusto que las obras románticas originales, en ocasiones cargadas de un lirismo casi empalagoso; véase el caso de algunas novelas de Lamartine.    
El gran mérito de la novela romántica americana es sin duda haberse desprendido del exceso de poesía en la prosa y del amaneramiento en las actitudes de los personajes. Los románticos europeos parecen no saber hablar sin recitar, mientras los románticos americanos hablan de manera simple y directa. Los románticos europeos pueden llegar a ser cargantes para el lector por su costumbre de lloriquear y buscar como seguir lloriqueando, mientras que los románticos americanos se guardan sus sentimientos cuanto pueden, no molestando a otros con problemas ajenos. Los románticos europeos cuando aman son incapaces de expresar sus sentimientos de frente (excepto los personajes de Goethe), los americanos los expresan muy bien con palabras y actitudes.
Hubo un tiempo en que leí mucha literatura romántica. No tanta como desearía, pero sí bastante. Cuando me intereso en un tema intentó empaparme de él y siempre estoy a la caza de alguno nuevo. Así me pasó hace algunos lustros con el Romanticismo. En ese entonces sólo pude acceder a una novela romántica americana, la espléndida María de Jorge Isaac. Clemencia de Ignacio Manuel Altamirano la descubrí hace un par de años mientras buscaba algo que leer durante la tarde. Fue por casualidad y me la leí de un tirón. Pueden encontrar un resumen en Wikipedia.
¿Es Clemencia una novela romántica? Por supuesto, ya que contiene elementos imprescindibles de la literatura romántica: Un amor exaltado y no correspondido ni concretado que acaba con una muerte. Lo mismo pasa en María, Rafael (Alphonse de Lamartine) o Nuestra Dama de Paris (Victor Hugo). Hay un escenario regional. Hay personajes nobles y pillos, y damas frágiles y enamoradizas. Y claro, el muy romántico cliché de llamar a la novela por el nombre de uno de sus protagonistas. Ya conocemos Atala, Graziela, Werther, René, Ivanhoe... 
Clemencia es una obra  que se deja leer con bastante facilidad. Es muy acertado el truco del escritor de presentar al villano como héroe de la historia, y al verdadero héroe en términos negativos. El lector comprende de inmediato el error, pues Enrique no es precisamente lo que esperaríamos del protagonista de una novela romántica: Es sano y musculoso en vez de enfermizo y delgado, y tiene la desagradable costumbre de seducir mujeres sólo por diversión y jactarse de ello con un cinismo grosero. Esto es indigno de un héroe romántico y el lector lo comprende bien; Enrique se me hizo antipático casi desde su primera mención.
Fernando es pálido, enfermizo y reservado; nunca ha tenido un amor. He aquí a nuestro héroe; el propio Enrique se refiere a él diciendo: ''Me fastidia este personaje de Byron.'' Ah, Fernando, qué injusticia se comete contra él, que se levanta y realiza el acto heroico que el cobarde y oportunista Enrique jamás hubiera realizado. El momento final conmueve. SPOILER: Clemencia intenta acercarse a Fernando cuando van a fusilarlo siendo inocente; quiere su perdón por haberlo tratado tan mal sin que él lo mereciera, pero no lo consigue, nadie le abre paso hasta él y Fernando muere con el corazón y la cabeza atravesados por balas sin saber que la única mujer que amó y por quien llegó hasta ahí, se encuentra entre la multitud de observadores. FIN DEL SPOILER.
El escenario está muy logrado y los personajes secundarios no interfieren más de lo necesario. El lenguaje es elegante sin ser docto y los acontecimientos son bastante creíbles para tratarse de una novela romántica.

Lo mejor: Toda la historia el buen desarrollo de los personajes, el paisaje, el ritmo, la excelente prosa, el desenlace.
Lo peor: Pudo llamarse Fernando en lugar de Clemencia, él es más interesante que ella. Los capítulos dedicados al momento de la guerra pueden hacerse algo tediosos para el lector no mexicano, como fue mi caso, pero tampoco son tan complejos y jamás se pierde el hilo de la narración.
Conclusión: La recomiendo sinceramente.

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