jueves, 21 de julio de 2022

Cuentos de vampiros del siglo XIX


Cuando se piensa en vampiros del siglo XIX, es natural que Drácula sea el primero en acudir a la mente. Algunos quizá piensen en Lord Ruthven y Carmilla; otros pocos en Clarimonda y los vurdalak; nadie en Ariadna y Vespertilia; todos en Drácula.
La novela Drácula es un clásico imperecedero, y su protagonista es el vampiro por antonomasia. Publicada originalmente en 1897, la obra posesionó a la sedienta criatura en el pináculo del horror, donde se mantuvo hasta mediados del siglo XX como uno de los monstruos arquetípicos de la cultura moderna. Películas como Nosferatu (1922) y Vampyr (1932), dirigidas respectivamente por los maestros Friedrich Wilhelm Murnau y Carl Theodor Dreyer, plasmaron con acierto y elegancia el horror y la oscuridad del vampiro. El cine y la literatura posterior no fueron tan amables, y el vampiro dejó de ser un monstruo astuto y cruel para degenerar en vulgar galán abrumado por la no-vida. Cimas de esta tendencia son la serie de novelas de Anne Rice Las crónicas vampíricas, publicadas entre 1976 y 2018, y la edulcorada película de Francis Ford Coppola Drácula de Bram Stoker, estrenada en 1992. 
Ya en el siglo XXI la degradación del personaje se hizo irreversible con la aparición de varias series de novelas que lo usaron como tropo para historias de malsanos amoríos adolescentes. La serie de Crepúsculo de Stephanie Meyer es la mayor representante de esta idea, seguida de cerca por la menos popular, aunque más interesante, Vampire academy de Richelle Mead. 
Hoy el vampiro carece de muchas, demasiadas, de las características que Bram Stoker presentó en su novela como inherentes a él. El propio Drácula ha sufrido una transformación increíble, aunque, gracias a la novela, el conde transilvano posee un prestigio a prueba de malas adaptaciones. 

Orígenes del subgénero  
John William Polidori
Hasta finales del siglo XVIII los vampiros habían aparecido principalmente en reportes y tratados sobre la inhumación de cadáveres sospechosos da vampirismo; también se insinuaron en algunos poemas. Estas obras alcanzaron tal popularidad que fue inevitable que en el siglo XIX el vampiro se convirtiera en protagonista de varios relatos de ficción. Drácula es la obra literaria más famosa e importante del subgénero vampiros, pero en ningún caso la primera. En realidad la novela fue la culminación de una serie de relatos que, a lo largo del siglo XIX, fueron componiendo la imagen del vampiro moderno.
El inglés John William Polidori tiene el honor de ser el fundador del subgénero terrorífico de "relatos de vampiros". Su espléndido cuento El vampiro se encuadra dentro del romanticismo, pero trasciende a este movimiento. Se trata de una historia rompedora donde el vampiro deja de ser la criatura bestial y repulsiva del folklore, para transformarse en un aristócrata hermoso, elegante y seductor. La obra impactó a la sociedad de la época e inspiró otros relatos de vampiros, culminando en la novela Drácula.

Obras principales
La mayoría de los relatos primigenios de vampiros son cuentos. De la vasta producción dedicada al no vivo, cinco obras se consideran clásicos que todo aficionado al tema debiera conocer y apreciar. Son cuentos largos que se han publicado en diversas antologías de terror, siendo así difícil que un auténtico seguidor del subgénero los desconozca. A continuación, en orden cronológico.

1) El vampiro 
(John William Polidori, 1819).
Aubrey, un joven huérfano de tendencias románticas, idealiza al apuesto aristócrata Lord Ruthven y realiza un viaje con él. Al descubrir que su amigo es un cruel juerguista y seductor, Aubrey rompe la relación y parte a Grecia, donde se enamora de la joven Ianthe. Ella le habla de los vampiros, pero él se niega a creer en estos aunque comienza a sospechar que Lord Ruthven podría ser uno. Poco después Ianthe muere atacada por un vampiro. 



2) Deja a los muertos en paz 
(Ernst Raupach, 1823). 
El caballero medieval Walter no logra superar la pérdida de Brunhilda, su primera esposa, incluso habiéndose casado con la hermosa y dulce Swanhilda. Tras largas súplicas, Walter consigue que un hechicero devuelva la vida a Brunhilda y la lleva a su castillo luego de expulsar a Swanhilda. Pero Brunhilda regresó convertida en una vampira, y tras beber la sangre de todos los jóvenes del territorio, va por la de Walter.



3) La muerta enamorada 
(Théophile Gautier, 1836). 
El joven sacerdote Romualdo se enamora de la bella cortesana Clarimonda, quien muere tras una orgía y regresa de la tumba para estar con él. Durante tres años Romualdo vive una vida doble; de día es sacerdote y de noche es el amante de Clarimonda. Al enfermar, Clarimonda descubre que sólo la sangre humana puede mantener su existencia. 



4) La familia del vurdalak 
(Alexei Tolstoi, 1839).
El viajero Urfé se hospeda en casa de una humilde familia que aguarda el regreso de Gorcha, el abuelo. Este vuelve convertido en un vurdalak, un tipo de vampiro que se alimenta de su propia familia, y comienza a acecharlos. Al mismo tiempo Urfé se enamora de Sdenka, la hermosa hija de Gorcha, aunque se ve obligado a continuar su viaje. Tiempo después Urfé regresa al pueblo y se entera de que toda la familia fue vampirizada, excepto Sdenka, que al parecer enloqueció. 



5) Carmilla 
(Joseph Thomas Sheridan Le Fanu, 1872).
Laura y su padre hospedan en su castillo a la joven Carmilla, quien se enamora de ella. Laura desarrolla sentimientos contrarios hacia Carmilla, cuya actitud y palabras la desconciertan. Pronto comienza a padecer extrañas y horribles pesadillas de carácter sensual, y su salud declina. Su padre, preocupado por su deterioro, la hace revisar por un médico y este sospecha que la joven está siendo víctima de un vampiro. Poco después un amigo de la familia lo confirma. 



Otros relatos
En la actualidad, muchos viejos cuentos de vampiros están siendo redescubiertos y publicados en formato virtual. Esto ha permitido la lectura de historias de otra manera inaccesibles; sin embargo, entre lo bueno se ha colado bastante basura desechable, puesto que algunas personas bienintencionadas suben a la Red cualquier cosa que esté acompañada de la palabra "vampiro". Fantasmas, necrófilos y criaturas inclasificables han sido tildados de vampiros. También seres hematófagos de aspecto monstruoso, y ladrones de energía vital.
No he podido acceder a tantos de esos relatos como quisiera, mas de los que he leido, recomiendo los siguientes.

El extraño 
(Karl von Wachsmann, 1844).
De camino a tomar posesión de su castillo, el caballero Fahnenberg y su familia son atacados por una manada de lobos hambrientos, y un desconocido se interpone y espanta a la jauría. Días después la familia visita las ruinas del castillo de Klatka. Allí vuelven a encontrar al desconocido, un hombre hosco y mordaz al que invitan a visitarles. El extraño se vuelve un visitante habitual de los Fahnenberg, aunque sólo Franziska, la hija del caballero, parece simpatizar con él. Poco después la joven enferma y tiene pesadillas donde su dormitorio se llena de niebla. El Conde Woislaw, prometido de la sobrina del caballero, llega al castillo y reconoce en la enfermedad de Franziska los síntomas del ataque de un vampiro. 



La dama pálida 
(Alexandre Dumas, 1849).
Durante su viaje a un monasterio, la noble polaca Edwige es asaltada por unos bandidos liderados por Kostaki, miembro de la nobleza. Gregoriska, hermano de Kostaki, interviene para evitar que Edwige sea violentada. La joven es llevada al castillo de la familia y ambos hermanos se enamoran de ella, que prefiere a Gregoriska por sobre el violento Kostaki. Edwige y Gregoriska deciden fugarse, pero la muerte violenta de Kostaki cambia sus planes. Convertida en un habitante más del castillo, Edwige comienza a ser víctima de la sed de un vampiro. 



La tumba de Ethelind Fionguala 
(Julian Hawthorne, 1883).
En un viaje a Irlanda, Ken oye la historia de Ethelind Fionguala, quien el día de su boda fue secuestrada por un grupo de vampiros. Por la noche Ken se pierde, y una misteriosa joven que vaga entre las tumbas le ayuda a encontrar el camino. Ken le regala un anillo y la joven desaparece cuando él pisa la vieja tumba de Ethelind. Después, caminando por la aldea, Ken se encuentra frente a la casa de Ethelind



Manor 
(Karl Heinrich Ulrichs, 1884).
El muchacho Har es rescatado del mar por el joven marinero Manor. Ambos se enamoran y visitan, pero Manor muere ahogado en un naufragio y vuelve como vampiro para alimentarse de la sangre de Har. 



El misterio de la campiña 
(Anne Crawford von Rabe, 1887).
El joven pintor Martino Detaille ayuda a su amigo, el músico Marcello Souvestre, a buscar una residencia que le inspire a escribir una ópera. Marcello se decide por una ruinosa mansión y se traslada a ella, donde acaba enclaustrándose. Tras visitar la mansión, Martino cae enfermo víctima de una friebre delirante y comienza a afirmar que Marcello está muerto. Sus amigos Robert Sutton y Magnin cuidan de él y hacen averiguaciones respecto al estado de Marcello, descubriendo que se ha enredado con una desconocida. Martino empeora y durante una crisis el espectro de Marcello entra en la habitación. 



Thanatopía 
(Rubén Darío, 1893).
James Leen, hijo de un padre tiránico y cruel, es presa de la melancolía y el nerviosismo. A los veinte años su padre lo lleva de regreso a Londres para presentarle a su madrastra, quien parece ser algo diferente a lo esperado.



La historia verdadera de un vampiro 
(Eric Stenbock, 1894).
Convertida en una anciana tenida por loca, Carmela cuenta como un guapo vampiro destruyó a su familia al seducir y matar a Gabriel, su adorado hermano. 



La buena Lady Ducayne 
(Mary Elizabeth Braddon, 1896).
Bella Rolleston entra al servicio de Lady Ducayne, una anciana de salud quebradiza. Al principio Bella está conforme con su trabajo; Lady Ducayne es amable y paga bien, sin embargo la saludable joven empieza a perder la vitalidad, y descubre en su cuerpo marcas que atribuye a picaduras de mosquitos. 



La tumba de Sarah 
(F. G. Loring, 1897).
Los trabajos de restauración en la zona próxima a una vieja iglesia obligan a mover la tumba de la condesa Sarah, acusada de brujería y vampirismo y estrangulada en 1600. Durante su traslado la tumba se abre y los trabajadores descubren el cuerpo casi intacto de Sarah. Los trabajos se demoran y la tumba permanece insepulta; mientras, comienzan a manifestarse signos de la cercanía de vampiros. 



La doncella vampiro 
(Hume Nisbet, 1900).
Un joven artista decide pasar una temporada en una casa rural de los páramos ingleses. Ya instalado, el joven se enamora de Ariadna, la hermosa hija de su casera, quien ejerce un poder electrizante sobre sus sentidos. 


Cada uno de estos cuentos pone su piedra en la elaboración del mito del vampiro. 
Agrupé todos los relatos en un PDF; es una buena manera de tener a mano los cuentos que deseo leer. Recomiendo hacer lo mismo.
Esta entrada irá siendo actualizada a medida que encuentre más cuentos interesantes de vampiros del siglo XIX.